Acerca de Feminidad sin doblez

Después de observar opiniones en varias facciones de este siglo XXI sobre la mujer, fuera y dentro de la Iglesia Católica, percibiendo experiencias de muchas y asociándolas a los contextos políticos, sociales, religiosos, culturales, ha nacido esta idea con el fin de volver a la esencia de una feminidad sin doblez: significa construir el corazón recto, sincero, que no se dobla, como debe ser el de una verdadera mujer. 

Es expresarnos sin prejuicios y escrúpulos, sin fundamentalismos e ideas vagas superficiales, sin nostalgias condicionadas por épocas pasadas; tampoco con ideales utópicos perfeccionistas. Con intención de señalar un sistema que se exhibe egoísta, políticamente correcto con una verdad que no tiene prescripción. A la luz y sujeción de la Fe y a la Razón, se ha querido desarrollar este propósito que no es mío, sino de quien quiera por providencia contribuir.

La inspiración fuerte viene de una Palabra que ha conmovido, la interpretación de unos versículos bíblicos sobre AQUEL que caminó en esta tierra con rectitud y mansedumbre, con grandeza y humildad; nadie desbordó tanta majestuosidad, ejemplo de dignidad, y perfección de santidad, la cual es posible, no obstante, la da solo la gracia divina; Solo reza por un corazón que no se doble, se mantenga firme en lo único capaz de devolver la dignidad al ser humano en el mundo.

Aun con nuestros errores, vicios, concepciones desfiguradas sobre los principios y valores, el amor, la vida, el sufrimiento, la fe, etc., el corazón dispuesto en humildad, se endereza para encontrar la fuente de Verdad y Vida.

Como Natanael, que va en busca de esa VERDAD DIVINA.

Natanael le replicó: «¿De Nazaret puede salir algo bueno?». Felipe le dijo: «Ven y ve».

Jesús vio a Natanael que se le acercaba, y dijo él: «He aquí, en verdad, un israelita sin doblez».

Juan 1:47, Biblia Platense o Straubinger.

Revela Monseñor Straubinger sobre este aparte bíblico:

Las promesas del Señor son para los hombres sin ficción (S. 7,11;31,11). Dios no se cansa de insistir, en ambos Testamentos, sobre esta condición primaria e indispensable que es la rectitud de corazón, o sea la sinceridad sin doblez (S. 25, 2). Es en realidad lo único que Él pide, pues todo lo demás nos lo da el Espíritu Santo con su gracia y sus dones. De ahí la asombrosa benevolencia de Jesús con los más grandes pecadores, frente a su tremenda severidad con los fariseos, que pecaban contra la luz (Juan 3, 19) o que oraban por fórmula (Sant. 4, 8). De ahí la sorprendente revelación de que el Padre descubre a los niños lo que oculta a los sabios (Luc 10, 21). (…) 1

Espero ir mostrando nuestras referencias de mujer que inspiran, sin duda, la llena de gracia, es la más importante, y tras ella, he de enunciar que nuestra patrona Santa Juana de Arco:

Como lo han sido muchas santas a través de toda la historia, ella es la evidencia de la tenacidad femenina, de corazón sincero sin ficciones, una pequeña señorita a la que Dios le otorgó valentía, gracia y sabiduría. Porque así es Él, a los corazones humildes, sinceros, justos, sin doblez, les revela sus misterios y verdad.

Su vida es impactante, conmovedora que quisiera seguirla. Seré franca: yo, como dicen en mi patria «ni los talones le alcanzo» a semejante mujer que por Cristo lo entregó todo hasta la muerte. Pero, deseo para todas las mujeres seguir con tanto amor esa verdad como Juana de Arco lo hizo, si desean encontrar sentido a su vida.

Ella, y otras santas inspiraciones femeninas serán tema de nuestra conversación, también controversias, escritos, normas, dado a que la mujer no es un individuo por sí solo, se complementa dentro con el hombre, los niños, las vocaciones, todo está relacionado.

Dejad que la mujer sea todavía más creadora, no menos.
Hacemos bien al hablar sobre ‘la mujer’, sólo los canallas hablan sobre las mujeres. Sin embargo todos los hombres hablan sobre los hombres, y esa es toda la diferencia. Los hombres representan el elemento deliberativo y democrático de la vida. La mujer representa el autoritario. G.K. Chesterton.

Que Dios y la Virgen les acompañe siempre.

  1. Comentario de Monseñor Straubinger sobre los versículo mencionados


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